Silbaba
el viento y sus frías ráfagas lo golpeaban ligeramente mientras un
polvillo helado le salpicaba la cara. Abajo, el retumbar de las olas
y el áspero olor de la marea iban en aumento. Sentía terror ante
aquella mar tan brava. ¿Y si se rompía el embrujo y caía en el
océano? "Seguro que mis compañeros no viajan así",
pensó. Y experimentó, una vez más, aquel sentimiento de ser
distinto que tanto le desagradaba.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada